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martes, 30 de junio de 2020

Deben subsidiarse Internet y electricidad, dice el FMI.


#Actualidad
#Covid19

Deben subsidiarse Internet y electricidad, dice el FMI.

*La desigualdad económica puede empeorar por la pandemia, pues mientras para algunos Internet es clave para trabajar y estudiar desde casa, para otros es un lujo.
Los gobiernos de los países emergentes deben APOYAR para que la inversión en Internet se complemente con el acceso universal a la electricidad, de lo contrario la brecha digital se ampliará con la pandemia, como ya empezó a ocurrir, señala un reporte del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Agrega que la desigualdad de ingresos y de oportunidades en los países pueden empeorar en la medida en que Internet de alta velocidad se ha vuelto clave para trabajar y estudiar desde casa, para la telemedicina y para el acceso de la población a los programas sociales y de servicios financieros, pero sigue siendo un lujo para quienes viven en lugares remotos.
Se podrían otorgar subsidios para que todos los hogares, incluidos los grupos desfavorecidos y los que viven en zonas rurales y remotas, tengan Internet de calidad y garantizar que no haya una brecha digital, recomienda el organismo.

“La mitad de la población mundial no tiene acceso a Internet, ya sea a través de un dispositivo móvil o de banda ancha de línea fija”, señala el reporte El bajo acceso a Internet conduce a la desigualdad, divulgado este lunes y que destaca la respuesta a la crisis de Covid-19 de El Salvador, Malasia y Nepal, con descuentos o exenciones a las tarifas de Internet.

El disparejo acceso a Internet incrementa incluso la disparidad entre hombres y mujeres en su participación en la fuerza laboral, salarios y acceso a servicios financieros, y podría ser el caso en muchos países emergentes y en desarrollo donde más hombres que mujeres poseen un teléfono móvil, dice el informe.

Agrega que la falta de conectividad también va en detrimento de la productividad en los países emergentes y en desarrollo, y cita una investigación de su personal técnico que encontró que el aumento de 1% en la proporción de la población que usa Internet mejoró el ingreso per cápita entre 0.1 y 0.4% en el África subsahariana.

La pandemia demuestra que tener Internet confiable permite a las empresas continuar sus operaciones en medio del bloqueo y eso hace funcionar a las economías, en tanto que la falta de acceso universal y asequible a la red puede aumentar la desigualdad de ingresos dentro y entre países, asevera.

Garantizar la conectividad también cerraría la brecha entre empresas, porque daría acceso a préstamos a los pequeños negocios para sus inversiones productivas en tecnología de la información y comunicaciones, añade el documento, y hasta los propios gobiernos podrían tener ahorros fiscales con la digitalización.

“Pueden reducir el costo público del cumplimiento tributario a través de un mayor acceso a los datos de los contribuyentes y una mejora en la eficiencia del gasto, lo que a su vez puede ayudar a financiar estas políticas”, concluye.

📸Foto: Valeria, en Caragral de Patio de Agua de El Guarco, recibía sus clases virtuales en una tabla en media calle, para tratar de obtener señal de Internet.
Fuente: Aristegui Noticias.

sábado, 6 de junio de 2020

COVID-19 da respiro a las aves urbanas para cantar.


#AlgoBuenoQueContar

COVID-19 da respiro a las aves urbanas para cantar.

*El teletrabajo y la restricción vehicular sanitaria han mermado el nivel de ruido en la ciudad, lo que pudiera estar beneficiando a las aves a la hora de cantar con fines reproductivos y en defensa del territorio.

📸Por sus características de adaptación a entornos urbanos y su canto, los sotorrés cucaracheros se consideran un indicador biológico de la salud ambiental de un determinado lugar.

Las medidas sanitarias impuestas debido al COVID-19 llevó a las personas a permanecer más en sus casas y, con ello, el ruido en las ciudades disminuyó.

Para Luis Sandoval, investigador del Laboratorio de Ecología Urbana y Comunicación Animal de la Universidad de Costa Rica (UCR), las aves pudieran estar aprovechando este momento para cantar mejor, ya que sus vocalizaciones no se ven interrumpidas o enmascaradas por el ruido urbano.

Con el afán de comprobarlo, público el Semanario Universidad, Sandoval y su equipo están saliendo dos veces a la semana a monitorear cuatro puntos ubicados en la UCR: el campus de la sede Rodrigo Facio, la Ciudad de la Investigación, las instalaciones deportivas y el Jardín Botánico Lankester.

En el 2020, el Laboratorio de Ecología Urbana empezó a trabajar con ranas para medir el impacto tanto de la contaminación acústica como de la lumínica.

Lo han hecho con mayor regularidad después de Semana Santa, centrando su foco en el soterré cucarachero (Troglodytes aedon). Un estudio liderado por Roselvy Juárez, en el cual colaboró Sandoval, demostró que esta especie de ave reduce la complejidad de su repertorio y cambia la frecuencia del canto —por una más alta— en respuesta al ruido, lo cual tiene implicaciones tanto en la salud del animal como en su éxito para encontrar pareja durante la época reproductiva.

Esta pausa en la cotidianidad humana, causada por COVID-19 brinda a los biólogos una oportunidad para seguir monitoreando a los sotorrés bajo condiciones mínimas de ruido y así comparar esos datos con los recolectados en 2015 y 2016 cuando Juárez realizó su investigación.

Según Sandoval, el equipo está a la espera de contar con una carta de excepción a la restricción vehicular para poder grabar el canto de los sotorrés, ya que para hacerlo deben llegar al sitio de monitoreo a las 5 a.m. y las medidas sanitarias se los ha impedido. Por ello, y por el momento, están registrando solo los niveles de ruido.

Ruido:
El Laboratorio de Ecología Urbana y Comunicación Animal tiene más de diez años de estudiar los efectos de la urbanización en la comunicación de las aves que habitan en las ciudades, incluso utilizan los mismos sitios de monitoreo para contar con datos más robustos y a largo plazo.

En este tiempo, Sandoval ha notado un incremento en el ruido. “Aún dentro de las instalaciones deportivas o el Jardín Lankester, que son sitios donde menos desarrollo urbanístico ha habido, todo el ruido que viene de los alrededores ha aumentado a lo largo de los años”, dijo.
Según el investigador, como la cantidad de ruido va incrementándose poco a poco, el oído humano se ha acostumbrado y su impacto ha pasado desapercibido, pero los registros muestran efectivamente un aumento.

Lo cierto es que, después de la Semana Santa del 2020, los datos han mostrado que el ruido ha disminuido en los cuatro sitios de monitoreo. No solo por la ausencia de carros, sino también de las pisadas de las personas que cuando se desplazan generan un barullo que puede ser imperceptible para el oído humano, pero no para otras especies.

“Estos días casi no va nadie al campus, no hay personas movilizándose y la cantidad de vehículos ha disminuido significativamente, entonces sí hemos notado una reducción importante en los niveles de ruido”, manifestó Sandoval.
Esta disminución en el ruido pudiera estar beneficiando a cerca de 50 especies de aves como el yigüirro, el bobo, el carpintero, oropéndolas, el pecho amarillo, las viuditas y el come maíz.

La mayoría de estas se encuentran en época reproductiva desde el mes de abril y, al existir menos ruido, el gasto energético para hacerse oír podría ser menor y su canto más atractivo para las hembras, así como mejorar a la hora de defender el territorio.

“Los pichones que nazcan durante este periodo de silencio podrán aprender mejor sus cantos, ya que los adultos van a cantar todo su repertorio y estos lo van a poder oír para aprendérselo”, destacó Sandoval.
Las aves no serán las únicas beneficiadas. Las ranas, algunos insectos y mamíferos que viven en entornos urbanos que utilizan vocalizaciones para comunicarse con fines reproductivos también percibirán el cambio.

“Aunque la cuarentena ha afectado el día a día de las personas, el haber disminuido nuestros niveles de ruido de manera involuntaria les ha dado un descanso de la contaminación acústica y les mejora la calidad de vida a la gran mayoría de los animales que viven en la ciudad”, comentó Sandoval.

Fuente Textual  y foto: Semanario Universidad.
Lu

jueves, 4 de junio de 2020

II semestre 2020 del TEC se desarrollará mediante lecciones no presenciales.


#NCInforma

II semestre 2020 del TEC se desarrollará mediante lecciones no presenciales.

*Autoridades prevén regreso a sus instalaciones entre enero y febrero de 2021.
* Préstamo de computadoras permite a estudiantes continuar con su carrera a distancia.

El Tecnológico de Costa Rica (TEC) +, mantendrá la modalidad de clases no presenciales y teletrabajo (hasta donde sea posible) durante el segundo semestre del 2020, como medida de contención ante la propagación de la enfermedad COVID-19, informó la Vicerrectora de Decencia, Grettel Castro.

Así lo resolvió la Rectoría de esta casa de enseñanza, tomando como referencia el estado actual de la pandemia y las proyecciones para la segunda mitad del presente año dictadas por el Ministerio de Salud.

La resolución detallada para la comunidad interna del TEC se dará a conocer en los próximos días.

Con esta decisión, se extiende la suspensión aplicada desde el lunes 16 de marzo pasado, cuando la entidad frenó por primera vez las clases presenciales para evitar focos de contagio en sus Campus (Cartago, San Carlos y San José) y Centros Académicos (Alajuela y Limón).

De esta manera, el segundo semestre irá por la vía de enseñanza remota asistida con tecnología.

En el caso de los talleres y laboratorios, la vicerrectora de Docencia, explicó que siguiendo las recomendaciones de la Comisión Institucional de Emergencia, la Universidad podría reactivar estos cursos en octubre, tomando en cuenta todos los protocolos para ese fin.

“Sin embargo, cuando estemos cerca de la fecha lo vamos a revalorar y la decisión dependerá de las condiciones de la pandemia en el país. Es importante recordar que el TEC tiene estudiantes de todo Costa Rica y habilitar los talleres y laboratorios significa movilizar estudiantes a lo largo y ancho de todo el territorio nacional”, agregó la Vicerrectora.

Según el Departamento de Admisión y Registro, cerca de 12 mil estudiantes matricularon el primer semestre de 2020.
Además, por medio de un trabajo coordinado por la Biblioteca José Figueres Ferrer, más de 120 alumnos de la Institución -provenientes de las siete provincias y de todos los Campus Tecnológicos y Centros Académicos- han recibido una unidad portátil (laptop). Esta se les entregó tanto presencialmente como llevándoselas a sus viviendas en los casos de estudiantes que viven en zonas lejanas a Cartago.

Por otra parte, la Institución está trabajando en un plan maestro para el regreso físico al TEC, el cual se prevé será para enero o febrero de 2021.

Fuente: Prensa TEC.

miércoles, 3 de junio de 2020

COVID-19 encontró más vulnerables a ticos migrantes en Estados Unidos: 23 muertes por el virus.


#𝙉𝙖𝙘𝙞𝙤𝙣𝙖𝙡𝙚𝙨
#𝘾𝙤𝙫𝙞𝙙19

COVID-19 encontró más vulnerables a ticos migrantes en Estados Unidos: 23 muertes por el virus.

*La cantidad de costarricenses que murieron en EE.UU duplica la cifra de fallecidos en territorio nacional.
*Según expertos, factores como el tipo de empleo, el acceso a la atención médica, la vivienda y la alimentación influyen en estos números.

Michael Mora, de 30 años de edad, se fue a Estados Unidos hace dos años. La búsqueda del popularmente llamado “sueño americano” lo llevó a dejar Buenos Aires de Puntarenas y viajar a Nueva Jersey, con el objetivo de ahorrar dinero para luego montar un negocio en Costa Rica; sin embargo, el COVID-19 le arrebató la vida en el mes de abril.

A él se suma Adonay Díaz, de 52 años de edad, quien vivía en ese país desde hace 30 años y recién contrajo nupcias en el mes de febrero. Estos hombres son solo dos de los 23 costarricenses fallecidos en Estados Unidos desde que apareció el primer caso de coronavirus en el mes de enero.

La pandemia por COVID-19 ha inundado de muerte a todo el planeta, así lo muestran los titulares de las noticias a diario. Estados Unidos y Costa Rica no son la excepción, ambos suman fallecimientos y contagios; no obstante, los números se distancian en sobremanera, e incluso los costarricenses muertos en el país norteamericano duplican los decesos en el territorio nacional.

Hasta el momento, 34 costarricenses han perdido la vida por COVID-19 en todo el mundo, según datos oficiales de la Cancillería y del Ministerio de Salud.
Del total, 23 fallecimientos se registran en los Estados Unidos, 10 en Costa Rica y 1 en España.

Más muertos en EE.UU:
De acuerdo con datos del Centro Centroamericano de Población (CCP) de la Universidad de Costa Rica (UCR), se estima que 250 mil costarricenses viven en el exterior, de los cuales 125 mil se encuentran en los Estados Unidos; es decir, aproximadamente la mitad de los ticos que viven fuera del país. Entonces, ¿qué factores influyen para que haya más decesos por COVID-19 en EE.UU que en Costa Rica?

Para la investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UCR, Carmen Caamaño, uno de los principales factores que influye en estos números es la inexistencia de un sistema de salud público, lo cual provoca que las personas inmigrantes tengan menos posibilidades de ser atendidas cuando enferman. Además, no hay atención primaria de salud, mientras que en Costa Rica los Ebais cumplen esta tarea.

“Los seguros, además, tienen letra pequeña. Te pueden atender una quebradura pero en letra pequeña dice que solo se hace una radiografía. Vos al final no sabés si se soldó bien el hueso porque solo tenés acceso a una radiografía”, destacó Caamaño.

Aunado a esto, las políticas de persecución contra inmigrantes por parte del presidente estadounidense Donald Trump hacen más difícil que una persona que se encuentra enferma busque ayuda, por temor a ser encarcelada o deportada.

“Cuando hay personas indocumentadas, hay terror de presentarse en los hospitales. Esto hace que haya más riesgo de contagio y muerte. Muchos de ellos están muriendo en la casa”, aseguró la investigadora.
Otro elemento importante radica en que los trabajos que realizan la mayoría de costarricenses están relacionados con tareas de cuido, servicio en restaurantes, limpieza, construcción, arreglo de techos, jardinería, entre otros; es decir, se dedican a labores que no son teletrabajables y que ya de por sí los expone a riesgos constantemente.

“En el caso de las personas indocumentadas, están en mayor condición de vulnerabilidad, pues tienen que aceptar cualquier condición de los empleadores para que Migración no los detecte, los envíe a prisión o los deporte”, añadió.

A una pareja de Nueva Jersey ni la pandemia los detuvo para casarse el pasado 30 de mayo.

Hacinados y con mala alimentación
En esa misma línea, el exdecano de la Facultad de Medicina de la UCR y salubrista, Luis Bernardo Villalobos, externó que en Estados Unidos muchos costarricenses –por su situación migratoria irregular– viven en espacios reducidos donde es más fácil contagiarse por COVID-19.

Por ejemplo, existen casos donde muchas personas comparten un espacio pequeño e incluso comparten camas por turnos, según horarios laborales. A esto se agrega que muchos de los migrantes también tienen un déficit en su alimentación, pues suelen alimentarse de comidas callejeras.

Además, estas personas por sus horarios de trabajo, no tienen acceso a la información diaria que actualizan los lineamientos para la atención o contención del coronavirus. Y en muchas ocasiones, si tienen el acceso, existe una barrera idiomática que no les permite entender el mensaje.

“Es más fácil que una persona que esté en condición irregular a Estados Unidos sea más vulnerable al COVID-19 que una persona que sí tiene condición regular (documentado) y posee educación”, mencionó Villalobos.

Por su parte, el investigador de la UCR y ahora vicerrector de Vida Estudiantil, Carlos Sandoval, destacó que muchos costarricenses que viven en Estados Unidos se encuentran en los estados de Nueva York y Nueva Jersey, donde ha golpeado más la pandemia.

Por ejemplo, Libaniel Urbina, un tico que trabaja como gerente de operaciones de servicios hospitalarios en un hospital de New Jersey comentó que el centro médico donde trabaja fue el epicentro de COVID-19 en ese estado. “Con la atención de la emergencia, se cancelaron operaciones, solo emergencias. No estábamos preparados, cambió la dinámica en cuanto a atención. Nuestro departamento fue y es esencial en este proceso porque nos encargamos de lavandería, limpieza y transporte de pacientes. Actualmente la afluencia de casos positivos bajó”.

Sandoval recordó también que en Costa Rica la proporción de personas que han dado positivo por el coronavirus está creciendo entre las personas migrantes, principalmente entre los nicaragüenses.
“El censo del 2011 nos daba que el 9% de los que vivían en Costa Rica no habían nacido en el país, de ese total 7% eran nicaragüenses. Hoy la proporción de extranjeros que han dado positivo por COVID-19 ronda el 20%. Hoy es cada vez más difícil no asociar el incremento de los casos positivos con la migración y eso se vuelve muy retador porque también es complicado distinguir el tema médico sanitario de la xenofobia”, mencionó Sandoval.

“Nadie elige enfermarse de nada. Así como los costarricenses que viven en los Estados Unidos no eligieron enfermarse por coronavirus, uno podría decir que los nicaragüenses que enfermaron aquí no eligieron enfermarse”, precisó.

Subregistro de muertes:
Actualmente se registran 23 costarricenses fallecidos en los Estados Unidos, cuyo rango de edad está entre los 24 y 88 años de edad: 13 en Nueva Jersey, 4 en Nueva York, 2 en Pensilvania, 2 en Miami, 1 en Massachussetts y 1 en Utah, según datos de Cancillería; sin embargo, este número podría ser mayor.

De acuerdo con el embajador de Costa Rica en ese país, Fernando Llorca, podría haber un subregistro en las muertes de costarricenses debido a que el reporte oficial no se traslada a las embajadas. Las oficinas consulares registran fallecidos solo si algún familiar o conocido lo reporta.
“Podrían ser muchos más, hay un subregistro, te lo confirmo; sin embargo, con la cifra oficial tan baja que tenemos en Estados Unidos ya duplicamos y más la cantidad de fallecidos en Costa Rica”, externó Llorca.

Sobre el estado migratorio de los fallecidos, la Cancillería señaló que algunos de ellos tenían estado migratorio irregular; mientras que otros se encontraban en condición regular.

En el caso de los fallecidos, el embajador mencionó que el país –por el contexto de la emergencia– ordenó enterrar o incinerar los cuerpos de las personas muertas por COVID-19 lo más rápido posible.

Llorca, también expresidente ejecutivo de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y exministro de Salud, agregó que en Estados Unidos se ha documentado que uno de los focos de población afectados por el COVID-10 son los hispanos y afroamericanos.

De cada seis hispanos que trabajan en Estados Unidos, cinco de estos laboran en puestos no teletrabajables que corresponden a servicios de jardinería, construcción, servicio de comidas, etc.
Según datos de Cancillería, hasta el lunes 1 de junio se contabilizaron 91 casos positivos de SARS-CoV-2 en costarricenses que viven en ese país norteamericano.
De acuerdo con el sitio web de la Universidad de Johns Hopkins, Estados Unidos reportó hasta el 2 de junio, 1.827.206 casos positivos por COVID-19 y un total de 106.028 muertes, lo que lo ubica como el epicentro de la pandemia, con más decesos y contagios confirmados.

Repatriación:
El embajador destacó que una de las acciones más importantes que se implementó fue la repatriación tanto de costarricenses como de estadounidenses, la cual se ha realizado gracias a la coordinación entre la red consular y la embajada de los Estados Unidos en Costa Rica.

Hasta el momento se han realizado 13 vuelos, lo cual ha permitido la movilización de 1.191 costarricenses y extranjeros residentes en Costa Rica o familiares de primer grado costarricenses.

Esto significa que, luego de que los vuelos lleguen al país, los estadounidenses que están en suelo tico y desean regresar a EE.UU, lo hacen en estos chárter privados. El embajador aclaró que los costos corren por cuenta de cada persona.

Estos vuelos se han aprovechado en un 60% de su capacidad, en esto ha pesado el costo de los vuelos o el traslado a los aeropuertos.
Llorca señaló que la embajada no puede destinar recursos para sufragar gastos de hospital ni mascarillas. Lo que han hecho es dar información sobre organizaciones de caridad a los costarricenses.

Además, destacó que la Cámara de la Salud (Promed) y la Cancillería trabajan en un proyecto de atención y orientación médica a costarricenses en el exterior, lo que permitiría “recomendaciones u orientaciones virtuales”.

COVID-19 LES ARREBATÓ A SUS Familiares. 

Los familiares de Michael Mora y Adonay Díaz, dos de los costarricenses que fallecieron en Estados Unidos a causa de COVID-19, aún no salen de la impresión tras sus repentinas muertes.

De acuerdo con Edelmira Mora, prima de Michael, este joven que trabajaba en EE.UU como carnicero en un supermercado viajó a ese país y dejó sus estudios solo con el propósito de ahorrar e instalar una carnicería en Costa Rica.

“Él tenía el anhelo de todo costarricense, todos llegamos aquí, trabajamos, para ir a hacer negocios en Costa Rica. También quería devolverse a terminar de estudiar”, recordó Mora, quien también trabaja y vive en los Estados Unidos.

Mora afirma que, por el momento, se desconoce dónde se contagió su primo, aunque se baraja la idea de que pudo ser en un hospital luego de tener una cita médica por una tos que tenía desde hace 8 meses, o en su lugar de trabajo. Él ingresó a la Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital en New Jersey el pasado 8 de abril; no obstante, nunca se recuperó y murió tres días después.

“Aquí el sistema de salud es muy diferente. Nosotros, los que estamos aquí trabajando, no sacamos el tiempo para ir a pagar un doctor. Si uno va al hospital, el bill (recibo) es demasiado alto”, dijo.

A Dannis Díaz, hermano de Adonay, la muerte de su familiar también lo tomó por sorpresa, pues no tenía ningún padecimiento previo; además, se había casado el 29 de febrero de este año.
Este reparador de techos, quien tenía 30 años de vivir en Estados Unidos fue contagiado de la enfermedad luego de tener contacto con un familiar de su esposa que resultó ser también positivo por el virus, pero asintomático.

“Yo hablé con él, el último sábado de abril, le pregunté cómo estaba y me dijo que mal porque había agarrado esa cochinada. Me dijo que tenía cansancio, tos y dolor de cuerpo. Pasaron varios días y el martes cayó en el hospital, ahí de una vez le pusieron el respirador. Ahí incluso le dijeron que si lograba superar la enfermedad iba a tener diálisis de por vida”, recordó su hermano.

El hermano de Dannis murió el pasado 4 de mayo. Actualmente, la familia de Adonay espera que su esposa traiga sus cenizas al país en el mes de julio. “Esto es una situación muy dura. Nosotros lo recordamos mucho. Fueron muchas las cosas que nosotros vivimos con él”, finalizó.

Fuente Textual: Semanario Universidad.

martes, 2 de junio de 2020

Correos de Costa Rica entrega más de 3. 500 títulos a estudiantes universitarios.


#𝙉𝙖𝙘𝙞𝙤𝙣𝙖𝙡𝙚𝙨
#𝙐𝙋𝙪́𝙗𝙡𝙞𝙘𝙖
Correos de Costa Rica entrega más de 3. 500 títulos a estudiantes universitarios.

*UNA y UCR ofrecen a estudiantes la posibilidad de recibir el diploma a domicilio ante suspensión de actos de graduación a raíz de la pandemia.

📸Foto del muro de Romein Williams Mais, quien recibió en su casa su título de la UCR en bacteriología médica.

Más de 3500 estudiantes de la Universidad de Costa Rica (UCR) y de la Universidad Nacional (UNA) reciben y recibirán su título a domicilio gracias a Correos de Costa Rica una vez que hayan concluido con su plan de estudios de bachillerato, licenciatura o posgrado.

Así lo informó Correos de Costa Rica, agregando que ante la restricción para realizar actividades masivas en medio de la pandemia por COVID-19, la UCR y la UNA suspendieron el acto de graduación correspondiente al primer período del 2020, ofreciendo a los estudiantes la posibilidad de realizar la juramentación en forma virtual y solicitar la entrega a domicilio de su título.

“Nuevamente Correos de Costa Rica pone al servicio de la población su red logística con cobertura nacional para que en medio de la emergencia sanitaria los estudiantes puedan recibir su título sin tener que desplazarse a la universidad, ni esperar a que la situación permita realizar una ceremonia presencial”, manifestó Oscar Calderón, gerente comercial de Correos de Costa Rica.

Agregó que saben que muchos de ellos esperan con ansias su diploma para fines laborales o académicos y esperar a que se realice el acto de graduación podría significar poner en riesgo una gran oportunidad.

La UCR inició desde la semana anterior con la distribución de los documentos y proyecta enviar por Correos de Costa Rica más de 2200 diplomas, los cuales corresponden a estudiantes de diferentes carreras tanto de la sede central Rodrigo Facio, como de las regionales ubicadas en Guanacaste, San Ramón, Puntarenas, Limón, Turrialba, Guápiles y Paraíso.

“Nuestra institución es humanista y bajo ese carácter tratamos de brindar el mejor de los servicios a la población estudiantil, velando porque protejan su salud. 

Suspendimos los actos de graduación, pero hemos innovado con este mecanismo que permite a la persona que su diploma le llegue a la puerta de la casa”, manifestó José Antonio Rivera, director de la Oficina de Registro de Información de la UCR.

Por su parte, la UNA comenzará a enviar los títulos a partir del próximo 7 de junio, posterior a la fecha límite definida por la institución para que los estudiantes presenten los requisitos, realicen la juramentación virtual y soliciten la entrega a domicilio.

Según infomaron las autoridades de la UNA, del total de 2.419 estudiantes inscritos para la graduación 2020, 1.321 (54,6%) optaron por recibir su diploma por medio del servicio de Correos de Costa Rica, consignando en su solicitud la dirección en la que deseaban que se hiciera la entrega.
Ambas instituciones ofrecen a los estudiantes la posibilidad de elegir el método de entrega de su diploma, ya sea a domicilio o si lo prefieren pueden retirar el documento en las instalaciones de la Universidad.