Ola de femicidios y desapariciones de mujeres podría empeorar por falta de recursos en Poder Judicial

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Ola de femicidios y desapariciones de mujeres podría empeorar por falta de recursos en Poder Judicial.

*La violencia verbal desde el poder, el desmantelamiento del Inamu, el estancamiento de la pobreza y el aumento de la inseguridad se suman a los factores que amenazan la vida de las mujeres.

El desfinanciamiento del Poder Judicial como la institución estatal responsable de atender los casos de violencia contra las mujeres, así como de las instituciones que se encargan de la educación y prevención podría empeorar la actual ola de femicidios y desapariciones de mujeres que experimenta el país.

Y es que, solo en los últimos días, casos de mujeres desaparecidas o asesinadas han inundado las noticias y las conversaciones.

El pasado 5 de abril, Fabiola Jiménez murió a causa de un disparo en Lindora, aparentemente a manos de su novio que, según la familia, se encuentra en libertad. El 16 de abril, Kristtel Fernández y su hija fueron asesinadas presuntamente por un hombre de apellidos Mayers Ortega mientras dormían. Además, el pasado viernes 26, tras una semana desaparecida, las autoridades encontraron sin vida a Kimberly Araya en las cercanías de la ruta 32. El sospechoso del femicidio es el esposo de la mujer, Deive Oldemar Pérez Mena.

Adicionalmente, desde el 24 de marzo Nancy Chacón está desaparecida y su familia reclama inacción por parte de las autoridades.

Es justo en este contexto que expertas y feministas señalan distintos factores que están aportando al recrudecimiento de la violencia contra las mujeres.

Ana Hidalgo, activista de la Red feminista contra la violencia hacia las mujeres, señaló al Semanario Universidad, la violencia simbólica desde el poder, la regresión de los índices de empleo femenino, la pobreza y la inseguridad.

La penalista Amanda Segura apuntó también a dicho medio, la sensación de impunidad que se da, pues las autoridades no tienen ni la normativa ni los recursos o la capacitación suficiente para atender los casos y la especialista en derechos humanos. Larissa Arroyo, sumó retrocesos en materia educativa y de cambio cultural, que resultan en un debilitamiento de la prevención de la violencia.

Si bien reconocen que en el caso de Kimberly Araya la actuación del Organismo de Investigación Judicial fue rápida y apropiada, aseguran que el desfinanciamiento paulatino del Poder Judicial, así como el “desmantelamiento” del Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu), puede empeorar la situación.

Las expertas coinciden en que los recortes a las entidades judiciales y las regulaciones que las han debilitado, sumadas a los intentos de desprestigiar y desmantelar entidades públicas dedicadas a la prevención y atención de la violencia contra las mujeres podría causar que los casos de femicidio, desapariciones y otros delitos, se agraven.

Las tres especialistas indicaron que la falta de recursos en el Poder Judicial es evidente e, incluso, recordaron que el mismo jerarca del OIJ, Randall Zúñiga, ha denunciado los posibles impactos de los recortes en más de una ocasión.

Coincidieron, además, en que el tratamiento del caso de Kimberly Araya, en comparación, por ejemplo, con el de Nancy Chacón, evidencian que no todas las mujeres tienen el mismo acceso a la justicia. Factores que van desde los prejuicios de las personas que atienden el caso hasta el nivel socioeconómico, dijo Amanda Segura, impacta la calidad de la investigación.

Adicionalmente, dijo Segura, el país enfrenta una ola de violencia narco que dificulta la atención de los casos, pues policías, investigadores y fiscales están enfocados en ese tema y la atención de la violencia de género “toma el asiento trasero o la sacan del carro”.

Segura advirtió que tampoco el Inamu o el Pani cuentan con recursos suficientes para atender los casos, lo que desalienta la denuncia.

📸Foto: El domingo pasado grupos feministas y familias reclamaron más acción de las autoridades y un cese a la violencia. (Foto vía B. Feministas). 

Fuente: Semanario Universidad.