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La Generación Z también se levanta en Latinoamérica y Perú es su principal escenario y ponen contra las cuerdas al gobierno de Dina Boluarte.
• Jóvenes de la "Generación Z" protestan en Perú por cuarto fin de semana consecutivo
En Perú, jóvenes lideran un estallido social contra la corrupción, la inseguridad y la crisis política y ponen contra las cuerdas el gobierno de Dina Boluarte.La Administración enfrenta protestas masivas y una creciente presión que pone en duda su permanencia en el poder.
En Perú, un país marcado por la inestabilidad política y la desconfianza en sus instituciones, la llamada Generación Z ha tomado las calles. Jóvenes que, siguiendo el ejemplo de movimientos en Asia y otras regiones, han convertido su indignación en acción, pasando de las redes sociales a las plazas y avenidas de todo el país.
Una oleada de protestas que desde finales de septiembre ha puesto contra las cuerdas al gobierno de Dina Boluarte. “¡No más corrupción, no más inseguridad!”, son los gritos que resuenan en Lima, en Cusco, en Arequipa y en Tacna.
Perú carga con un récord poco honroso, la mayoría de sus presidentes electos desde 1990 han enfrentado problemas judiciales, juicios o incluso prisión por casos de corrupción. Fue en ese escenario que, el 7 de diciembre de 2022, Dina Boluarte llegó al poder tras la destitución de Pedro Castillo. Se convirtió en la primera presidenta mujer de la historia de la nación, pero su llegada no trajo estabilidad.
Hoy, las encuestas revelan un rechazo abrumador. Según la Compañía Peruana de Estudios de Mercado, el 93,8% de los ciudadanos desaprueba la gestión de la presidenta. Otro sondeo de Datum señala que un 79% siente vergüenza del gobierno y un 85% del Congreso.
Las tensiones acumuladas explotaron tras la reforma del sistema de pensiones aprobada por el Congreso, que obligaba a los jóvenes a afiliarse a fondos privados en un país donde más del 70% trabaja en la informalidad. Para muchos, fue la gota que rebalsó el vaso. “Somos la Generación Z, estudiantes y trabajadores, que decimos basta ya a la corrupción, a la inseguridad y a la indiferencia de quienes gobiernan de espaldas al pueblo”, afirmaba un pronunciamiento del colectivo “Jóvenes líderes del Perú”.
La sombra de la represión de 2022 sigue presente. Organizaciones como Amnistía Internacional y la Defensoría del Pueblo denunciaron el uso desproporcionado de la fuerza que dejó al menos 60 muertos, la mayoría en comunidades indígenas y campesinas andinas. Esas heridas abiertas explican por qué las actuales protestas llevan también un reclamo de justicia por los caídos.
El mensaje fue claro, este movimiento no responde a partidos ni caudillos. Son ciudadanos indignados que quieren un país más justo y democrático.
Radio Universidad de Chile.
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