#Alerta
Plaguicidas golpean a zonas rurales agrícolas de Cartago: nacientes contaminadas, comunidades sin poder tomar agua del tubo y enfermedades, son algunos de los daños registrados.
*Los plaguicidas son potencialmente tóxicos para los seres humanos y pueden tener efectos agudos y crónicos en la salud de las personas, dependiendo de la cantidad y la forma de exposición.
Algunos de los plaguicidas más antiguos y menos costosos pueden permanecer durante años en el suelo y el agua. Muchos de estos productos químicos han sido prohibidos para uso agrícola en los países desarrollados, pero todavía se utilizan mucho en nuestra provincia.
Costa Rica gasta 9 millones de dólares en tratamientos médicos relacionados al uso de agroquímicos.
Una serie de estudios evidencian las consecuencias en la salud de las personas expuestas a plaguicidas, ya sea por la actividad laboral como por vivir o estudiar cerca de predios agrícolas brumosos.
Así lo reveló el laboratorio del Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas de la Universidad Nacional (IRET-UNA) quiénes realizaronen noviembre anterior, un nuevo estudio a partir de 10 muestras de agua tomadas por el AyA en la ASADA de Santa Rosa de Oreamuno.
El laboratorio encontró la presencia en la mayoría de las muestras del 1,3-dicarbamoil-2,4,5,6-tetraclorobenceno, el producto de degradación del fungicida clorotalonil, el cuarto más usado en el país. Lo encontrado son derivados que se utilizan en agricultura en cultivos de zanahoria, papa y culantro principalmente.
Los resultados evidencian que la naciente Carlos Martínez se encuentra sobre los límites permitidos para consumo humano, esta se une a las fuentes ya clausuradas en noviembre pasado: Piedra, Benjamin Uleth, Birris, Agua Fría y la naciente Manuel Granados (UNA-LAREP-OFIC-015-2023 S22-23-05).
En el mismo mes de noviembre, el Ministerio de Salud notificó con una orden sanitaria (MS-DRRSCE-DARSO-OS-0023-2023) al presidente de la ASADA de Santa Rosa de Oreamuno, para que informara inmediatamente a la comunidad que el agua de la naciente Carlos Martínez (que abastece a la ASADA) NO debe ser utilizada para consumo humano, preparación de alimentos o actividades de higiene.
Por ello, la comunidad de Cipreses de Oreamuno, una zona altamente agrícola, cumple 6 meses de NO poder tomar AGUA siquiera del tubo para consumo humano. Este serio problema está afectando a unas 3.500 personas que deben esperar el líquido desde cisternas.
En noviembre del año pasado la Sala IV ordenó al AyA y al Ministerio de Salud solucionar la contaminación de las nacientes en un plazo máximo de tres meses. La resolución llegó tras un recurso de amparo interpuesto por el colectivo Frente Ecologista.
Pero esto va más allá: La comunidad de Cipreses también presenta incidencia en cáncer y enfermedades causadas por el exceso de plaguicidas.
Actualmente, la deriva ambiental del actual Gobierno, por la aplicación de plaguicidas ha generado diversos efectos adversos en la salud de las personas (ya no sólo en las zonas dedicada a la agricultura en Cartago, sino en otras zonas del país) contaminación de aguas, aire, suelos, especies animales, vegetales y ecosistemas, producto del escaso control y medidas preventivas respecto de la aspersión de la gran variedad de agrotóxicos que se aplican en la agricultura. El caso más nocivo ocurrió el 27 de abril de este año, donde una empresa piñera "Bella Vista", fumigó una escuela en Florencia de San Carlos, por segunda vez en menos de cuatro años.
La terrible realidad de este uso descontrolado de plaguicidas ya traspasó las frontera de nuestro país. La prestigiosa cadena de noticias alemana DW dió a conocer el caso hace un par de meses con lo que sucede en Cipreses de Oreamuno:
El Clorotalonil causa desde problemas gástricos, deformidades del feto en el embarazo a enfermedades crónicas como cáncer.
Este agroveneno que hoy contamina el agua de Cipreses (y probablemente en otras comunidades del país), está prohibido en Europa y otros 17 países del mundo precisamente por ser altamente contaminante y por los efectos mortales que causa en la salud pública y los efectos negativos en el ambiente.
Otro informe (https://impactoplaguicidas.cr/), reveló que la población costarricense, especialmente la rural y las personas trabajadoras agrícolas están expuestas a una elevada cantidad de plaguicidas altamente tóxicos, que supera los 74 kilogramos de ingrediente activo por trabajador/trabajadora agrícola por año.
Y como si esta vergüenza mundial fuera poco, grupos ambientalistas y científicos desmienten datos del presidente Rodrigo Chaves sobre escaso registro de agroquímicos y contradicen los estribillos que sectores empresariales relacionados a la producción o comercialización de agroquímicos, pero, sobre todo, el mandatario Rodrigo Chaves han insistido en repetir en aras de empujar reglamentación cada vez más laxa.
Fecon fue enfático en afirmar: "La falta de controles en importación y monitoreo de plaguicidas ha provocado que Costa Rica se convierta en el país número uno en el uso de estos productos"
El "Mito Verde" de Costa Rica, queda cada vez más como un discurso publicitario que se aleja de la realidad y pone en grave riesgo la salud de miles cartagineses y de los habitantes del resto del país.
Foto: Eco Cipreses.
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