Pulperías, carnicerías y farmacias serán seriamente impactados por recortes de electricidad

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Pulperías, carnicerías y farmacias serán seriamente impactados por recortes de electricidad.

*Empresarios sostiene que también se presentarán afectaciones, de las que aún no se puede medir su magnitud, en aquellas compañías que cuentan con trabajadores bajo la modalidad de teletrabajo.

El anuncio de racionamientos eléctricos ha generado la alerta de muchos sectores y tomando en cuenta que las primeras afectaciones se darán en el sector residencial, los negocios como pulperías, supermercados, carnicerías, farmacias y otros que operan en las comunidades a nivel nacional tendrían un severo impacto, poniendo en riesgo su negocio.

Así lo confirmó la Cámara Nacional de Comerciantes Detallistas y Afines que consideró como una puñalada a la economía el anuncio que realizó el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) los recortes de electricidad que se realizarán a partir del lunes 13 de mayo, en una nota publicada por el Semanario Universidad.

“Para el comercio detallista de Costa Rica este problema es una crisis, porque los últimos en la fila serán los empresarios que manejan cadenas de frío para las carnes, la leche y muchos alimentos básicos más. Medicamentos, vacunas en farmacias y en veterinarias también se ven expuestas a dañarse”, indicó el presidente de la Cámara, Gerardo Araya.

De acuerdo con el dirigente gremial, para las empresas que manejan las cadenas de frío, los racionamientos pueden redundar en pérdidas económicas para su negocio y eventuales daños a la salud pública. “No es suficiente decir que se corta la electricidad como si aquí no pasara nada”.

Para el sector comercial es insuficiente la información que da el ICE sobre la activación del Protocolo de Bajo Nivel de Reservas Energéticas Nacionales, y que, para ello, existe la planificación estratégica y si el agua se agota, o los vientos se calman, hay que apostar por otras fuentes de energía eléctrica como la geotermia, la solar o la autogeneración en casas, comercios e industrias, temas en los que la institución se ha quedado rezagada.

Por su parte, José Antonio Salas, presidente de la Cámara de Comercio Exterior de Costa Rica (CRECEX) señaló que ante la incursión de procesos digitalizados y virtualizados del sector comercial se requiere energía eléctrica para cosas básicas como mantener computadoras encendidas, por lo cual, sea mucho o poco el plazo por el que se prolongue esa medida, genera afectación cuya magnitud aún no es medible, en torno al trabajo rezagado o incluso pérdidas económicas.

“En las empresas de exportación e importación tenemos otra particularidad, sobre todo en zonas francas, desde la etapa de la pandemia, se tomó como una oportunidad para volver más eficiente la operatividad de la empresa, poder identificar los recursos humanos claves que podían ser trasladados a teletrabajo con pocos días de estancia presencial por temas de control”, recordó.

Según la más reciente Encuesta Continua de Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) durante los dos primeros meses de este año, del total de personas asalariadas, el 8,2% se encontraban laborando bajo la modalidad de teletrabajo, es decir, un total de 133.000 empresas.

Los posibles racionamientos impactarán a esta población trabajadora y a sus respectivas compañías. Por ejemplo, la Asociación de Empresas de Zonas Francas de Costa Rica (AZOFRAS) reveló que, en este sector productivo, aunque no está en la primera línea de afectación de los recortes, sí tienen una gran cantidad de empleados que trabajan desde casa.

Especialmente las empresas de Servicios, evolucionaron a modelos de trabajo híbrido, y con un alto volumen de colaboradores que desempeñan teletrabajo, después de la pandemia, actualmente, el 51% de las 499 empresas amparadas al Régimen del Zonas Francas corresponden a la industria de Servicios.

Carlos Wong, presidente de la junta directiva de AZOFRAS aseguró que el sector de zonas francas requiere predictibilidad y estabilidad, y es trascendental contar con un plan de contingencia que procure el mínimo impacto a los sectores productivos, así como una comunicación con suficiente antelación, de al menos una semana, sobre los racionamientos, áreas afectadas y horas.

“Esto permitirá que tanto las empresas como sus colaboradores puedan implementar planes internos de manejo que procuren la continuidad de operaciones del negocio, planeando el uso de infraestructura, así como el traslado a las oficinas”.

Fuente textual :Semanario Universidad